DE JONGEN, DE MOL, DE VOS EN HET PAARD / Charlie Mackesy
Cuenta Charlie Mackesy en el prólogo que con este libro ha conseguido hacer realidad uno de sus sueños: un libro para todas las edades que, a modo de Rayuela, carece de un principio y un final. Mackesy nos brinda una oda a la amistad a través de las breves reflexiones compartidas por los cuatro heterogéneos personajes protagonistas que se van encontrando a lo largo del camino: un niño, un topo, un zorro y un caballo.
Se trata de una colección de citas envueltas en un papel de ternura y de humor sutil y en una estética de incuestionable belleza: los esquemáticos dibujos y su caligrafía, nos hacen partícipes de una obra con un sabor artesanal y elegante. La calidad del papel y los relieves dorados de las letras de la portada, muestran el cuidado trabajo y la calidad del objeto.
Muy fácil de leer, el libro tiene un halo de El Principito o de Whinnie de Pooh que nos invita a la reflexión a fuego lento y a perseguir nuestros sueños.
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EL CAMINO / Mario Satz + Yara Kono
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SAMEN GAAN BOUWEN / Oliver Jeffers
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Para historias significativas con personajes que nos llevan de la mano en el aprendizaje de la vida, nada como los padres que se proponen construir un refugio al que los hijos puedan volver siempre que lo necesiten y, para contárnoslo, nada como la poesía sutil y rebosante de amor de Oliver Jeffers.
Samen gaan bouwen es el libro que Jeffers ha escrito con la idea de preparar a su hija Mari «para un futuro incierto en el que no llegaremos a ninguna parte solos y, adonde vayamos, debríamos hacerlo con amor». Es por eso que viene cargadito de «herramientas» con las que fortalecer y hacer crecer el vínculo entre padres e hijos.
No hacen falta las rimas para que la belleza de las ilustraciones y del contenido de este libro nos emocione.
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La pluma de Federico se deslizaba contando con la sencillez, ternura y ese ambiente costumbrista en el que sabía envolver como nadie sus relatos, otra visita del apóstol Santiago: esta vez, a una pobre campesina.
Sus versos alternaban la narración con el diálogo entre la campesina y los niños. La tituló: Santiago (balada ingenua).
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su camino de luz en el cielo.
Lo comentan los niños jugando
con el agua de un cauce sereno.
(…)
Ella vio en una noche lejana
como ésta, sin ruidos ni vientos,
el apóstol Santiago en persona,
peregrino en la tierra del cielo.
(…)
le preguntan dos voces a un tiempo.Al pasar me miró sonriente
y una estrella dejóme aquí dentro.¿Dónde tienes guardada esa estrella?
le pregunta un chiquillo travieso.¿Se ha apagado, dijéronle otros,
como cosa de un encantamiento?No, hijos míos, la estrella relumbra,
que en el alma clavada la llevo.¿Cómo son las estrellas aquí?
Hijo mío, igual que en el cielo.
(…)
La tristeza que tiene mi alma,
por el blanco camino la dejo,
para ver si la encuentran los niños
y en el agua la vayan hundiendo,
para ver si en la noche estrellada
muy lejos la llevan los vientos.




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